No sé si se nota a través del leerme en el blog pero han de saber que soy un poco propenso a hacer tonterías y cada 2 por 3 me tropiezo, me equivoco o digo algo tonto.
Afortunadamente mis 'accidentes' nunca han sido de consecuencias graves, así que generalmente terminan en el olvido, en la nada, o en mi atormentadora conciencia.
Y aunque no pretendo llevar un registro de cual ha sido el topten de las estupideces más grandes de mi vida, dado que sería un trabajo infinitamente actualizable y difícil de llevar, me es muy difícil no mencionar una que podría clasificar entre la peor hasta la fecha.
Especificamente cometí esta tontería el por ahí del 15 de enero, y no fue sino hasta esta semana que acaba de pasar en que la falla brotó e hizo notar su catastrófica relevancia.
Sucedió ese fatídico día de enero, que en mi trabajo me encargaron subir a una base de datos la información de los salarios de varias personas, debido a que la aplicación no los guardó como era su automatizado deber. Entonces ahí me tienen haciendo un script con los sueldo de 20 personas y directo a la base de datos.
Revisé uno por uno cada registro que inserté para asegurar que no me hubiera equivocado en el sueldo, y sí corregí algunos pero al final todo parecía haber quedado bién.
Cual sería mi gran y horrible sorpresa al enterarme que cuando se hizo el pago de la nómina, a un empleado se le pagó de más. No solo un poco más, sino mucho, mucho más. Como 200,000 pesos. Y esto ocurrió porque el tarado de YO se equivocó en la información de un registro, no en el sueldo, sino en otro parámetro y entonces, a la bendita aplicación de la nómina se le ocurrió, por alguna extraña razón, pagarle el monto del sueldo mensual como si fuera diario.
El empleado ya no trabajaba en la empresa, así que no había forma de descontarle en pagos posteriores y 'a dinero perdido' se le tenía que cobrar a alguien: a la empresa de informática en la que estoy.
Ooooooh sí.
La responsable de la nómina corrigió el error que yo puse y fue a hablar con los clientes y dió las explicaciones pertinentes y aclaró todo. Pero se seguía debiendo el dinero.
Me dijeron que no me preocupara pues no era mi culpa, fue un error, la aplicación tuvo un comportamiento extraño y quién debía estar al tanto de mis actividades ha estado ausente.
Pero ¿Adivinen qué? No me tranquilicé. Y no me ayudó nada que toda las explicaciones fueran a otras personas y a mí no me contaban nada. Finalmente tiene su 'porque' pues yo no soy parte de nómina y ni soy responsable de algo, entonces no tenían porque explicarme nada.
Pero me preocupé. Tanto que, después de unas horas, no soporté y me fui a llorar al baño. Lloré por el coraje de haber cometido semejante tontería, lloré porque las consecuencias podían ser muy graves, lloré no tanto porque me pudieran despedir sino porque me podrían obligar a trabajar hasta pagarlo todo.
Me sentía un asco. Un tonto. Un estúpido. Un idiota. Un tarado.
Creo que me encerré en el baño por una hora; después de que me intenté calmarme un poco salí y regresé a la oficina. Solo estaba la jefa y me preguntó porque no iba a comer, "Cuál hambre, con la bronca esta" le dije. Y se me soltaron las lagrimas.
Ahora hasta llorando en el trabajo. Si ya me sentía tonto, ahora agréguenle lo chillón.
No me solté a gritar ni a llorar a moco tendido pero con los dos sollozos que dí es suficiente para que la cara me quede como de diablo: se me ponen los ojos bién rojos, igual la nariz y la boca y el resto de la cara bién palida.
Me tranquilicé, no porque ya me hubiera sentido realmente traquilo, sino por vergüenza.
Y acabé aquel día sintiéndome mal, mal, mal. Por el maldito error que cometí y por la tontería de haberme puesto a llorar. Porque sí, al final no es tan grave, fue solo un error y se han cometido errores más caros; y por muy mal que se pusieran las cosas a mí no me podían cargar con tanta responsabilidad. Pero pues, ya lloré... ya que.
Hasta este viernes lo último que escuché fue que el sujeto al parecer va a devolver el dinero. Entonces ya no hay deuda. Pero este lunes va a haber una reunión de los repsonsables del proyecto, con los clientes y mi ausente líder de proyecto. Seguramente ocurrirá la repartición de regaños y me van a tocar varios, yo supongo.
Aún sigo enojado conmigo mismo. Por tonto, por inmaduro, por débil... por todo.
¿Cuándo maduraré?
Afortunadamente mis 'accidentes' nunca han sido de consecuencias graves, así que generalmente terminan en el olvido, en la nada, o en mi atormentadora conciencia.
Y aunque no pretendo llevar un registro de cual ha sido el topten de las estupideces más grandes de mi vida, dado que sería un trabajo infinitamente actualizable y difícil de llevar, me es muy difícil no mencionar una que podría clasificar entre la peor hasta la fecha.
Especificamente cometí esta tontería el por ahí del 15 de enero, y no fue sino hasta esta semana que acaba de pasar en que la falla brotó e hizo notar su catastrófica relevancia.
Sucedió ese fatídico día de enero, que en mi trabajo me encargaron subir a una base de datos la información de los salarios de varias personas, debido a que la aplicación no los guardó como era su automatizado deber. Entonces ahí me tienen haciendo un script con los sueldo de 20 personas y directo a la base de datos.
Revisé uno por uno cada registro que inserté para asegurar que no me hubiera equivocado en el sueldo, y sí corregí algunos pero al final todo parecía haber quedado bién.
Cual sería mi gran y horrible sorpresa al enterarme que cuando se hizo el pago de la nómina, a un empleado se le pagó de más. No solo un poco más, sino mucho, mucho más. Como 200,000 pesos. Y esto ocurrió porque el tarado de YO se equivocó en la información de un registro, no en el sueldo, sino en otro parámetro y entonces, a la bendita aplicación de la nómina se le ocurrió, por alguna extraña razón, pagarle el monto del sueldo mensual como si fuera diario.
El empleado ya no trabajaba en la empresa, así que no había forma de descontarle en pagos posteriores y 'a dinero perdido' se le tenía que cobrar a alguien: a la empresa de informática en la que estoy.
Ooooooh sí.
La responsable de la nómina corrigió el error que yo puse y fue a hablar con los clientes y dió las explicaciones pertinentes y aclaró todo. Pero se seguía debiendo el dinero.
Me dijeron que no me preocupara pues no era mi culpa, fue un error, la aplicación tuvo un comportamiento extraño y quién debía estar al tanto de mis actividades ha estado ausente.
Pero ¿Adivinen qué? No me tranquilicé. Y no me ayudó nada que toda las explicaciones fueran a otras personas y a mí no me contaban nada. Finalmente tiene su 'porque' pues yo no soy parte de nómina y ni soy responsable de algo, entonces no tenían porque explicarme nada.
Pero me preocupé. Tanto que, después de unas horas, no soporté y me fui a llorar al baño. Lloré por el coraje de haber cometido semejante tontería, lloré porque las consecuencias podían ser muy graves, lloré no tanto porque me pudieran despedir sino porque me podrían obligar a trabajar hasta pagarlo todo.
Me sentía un asco. Un tonto. Un estúpido. Un idiota. Un tarado.
Creo que me encerré en el baño por una hora; después de que me intenté calmarme un poco salí y regresé a la oficina. Solo estaba la jefa y me preguntó porque no iba a comer, "Cuál hambre, con la bronca esta" le dije. Y se me soltaron las lagrimas.
Ahora hasta llorando en el trabajo. Si ya me sentía tonto, ahora agréguenle lo chillón.
No me solté a gritar ni a llorar a moco tendido pero con los dos sollozos que dí es suficiente para que la cara me quede como de diablo: se me ponen los ojos bién rojos, igual la nariz y la boca y el resto de la cara bién palida.
Me tranquilicé, no porque ya me hubiera sentido realmente traquilo, sino por vergüenza.
Y acabé aquel día sintiéndome mal, mal, mal. Por el maldito error que cometí y por la tontería de haberme puesto a llorar. Porque sí, al final no es tan grave, fue solo un error y se han cometido errores más caros; y por muy mal que se pusieran las cosas a mí no me podían cargar con tanta responsabilidad. Pero pues, ya lloré... ya que.
Hasta este viernes lo último que escuché fue que el sujeto al parecer va a devolver el dinero. Entonces ya no hay deuda. Pero este lunes va a haber una reunión de los repsonsables del proyecto, con los clientes y mi ausente líder de proyecto. Seguramente ocurrirá la repartición de regaños y me van a tocar varios, yo supongo.
Aún sigo enojado conmigo mismo. Por tonto, por inmaduro, por débil... por todo.
¿Cuándo maduraré?